BUSCANDO LA VERDADERA FELICIDAD

BUSCANDO LA VERDADERA FELICIDAD En aquel tiempo, corrían vientos de egoísmo. con palabras huecas y vacías, aquel joven de esta historia, se preguntaba cual seria su meta, después de haber heredado una verdadera fortuna, sus antepasados le dejaron un capital, en fincas locales y pisos, además del dinero en bancos y acciones, que jamás podría verse arruinado, por mucho dinero que se gastara, pero alguien de su entorno le comento, lo que nunca podrás lograr, es encontrar la verdadera felicidad. Aquellas palabras le parecían demasiado intrigantes, el con sus 27, años, le parecía que siempre con su dinero, podría comprar todo lo que se le antojara, y que nada se le podría resistir. Entre sus antojos estaban los automóviles, sus juergas de la noche con sus amigos, y tener relaciones con mujeres que se le vendían, pero todo aquello no le hacia demasiado feliz, el quería encontrar la felicidad para siempre, pensaba en un distinto camino, donde el todavía no había entrado. Recurrió a un sicólogo para contarle sus pensamientos, y este doctor le indico varios remedios, pero ninguno le llevaba por el camino que el deseaba, Los días se le parecían todos, su dinero no le hacia demasiado feliz, tenia un verdadero vacio en su cerebro, que no sabia como podría llenarlo, Un día que sin prisa hablo con el portero de la casa donde el vivía, le pregunto, “Como puedo encontrar la verdadera felicidad”, El portero se quedo medio mudo, pensó en aquel momento, como puede este joven millonario decirme a mi eso, cuando el puede tener todos los lujos a su antojo, tan solo le respondió. Tener una familia unida y que de verdad se preocupe por tu bienestar y salud”. El joven se quedo pensativo, todas las chicas que conozco, no son de tener una familia, ni unida ni responsable, solo puede que me quieran por el interés monetario, caminó por las calles buscando nuevos ejemplos, vio mendigos sin apenas ropa de abrigo, y mucha gente con sus prisas a cuestas, quiso hondar en su pensamiento, y entro en una gran cafetería, allí conocía al metre del local, y le soltó la misma pregunta, que este señor le respondió con mucha calma, le comento. ”La felicidad no es un articulo en venta, puedes tenerla a tu lado sin apenas tener dinero, pero otras veces es el dinero quien ofrece la felicidad, nunca será permanente a nuestro lado, por mucho que luchemos en tenerla retenida, ella nunca dice donde se aloja, ni pregona sus leyes para poder encontrarla, ni es propiedad de la gente joven, aunque digan que viven en la felicidad, es como una tormenta que a veces pasa de largo, dejando sus huellas o daños, que nunca se pueden borrar, en general vive con nosotros algún rato, y sin decirnos nada se suele marchar”. El joven se quedo perplejo, entendía que nunca la podría tener a su lado, en aquella vida de lujo y estragos, pensó como podría acceder a ella, y saber lo que se siente sin miedo al mañana”. Sus sentimientos se quedaron sin expresión, ahora sabia que la felicidad, no tiene color ni bandera, y que nadie la podría tener siempre a su lado, por mucho que luchara por detenerla, pensó el joven, quizá si me casara, tendría un tiempo feliz, pero si mi esposa me pone la vida difícil, y si nos faltara la salud a cualquiera de la familia, que seria de la felicidad, no podríamos vivir felices en tal situación. Al día siguiente se encontró con un viejo conocido suyo, después de saludarse hablaron de la felicidad, y salto la sorpresa, aquel amigo nunca conoció la felicidad, su esposa, había muerto en accidente de automóvil, poco después de haberle abandonado, por falta de comprensión y sentimientos, y según el amigo del joven, nunca conoció la felicidad en su casa, era un infierno diario, y ni después de estar viudo logro ser feliz, le comento, “La felicidad hay que buscarla día a día, y seguro que si pones empeño, algún día la veras entrar en tu domicilio, pero cualquier día se marchara, sin decir el por que, ni hacer jamás comentarios, para poder retenerla, solo la conciencia de ser buena persona, puede darte espacio, para poder disfrutar de ella… G X Cantalapiedra,