UN ALICANTINO EN SAN ISIDRO POR
MADRID
Aquel joven
alicantino, vino corriendo a Madrid, un amigo le invitaba, para poder ser
feliz, en sus recuerdos llevaba viejas sombras de Madrid, y en su memoria
guardaba, visiones de un buen vivir. Andando por Las Vistillas y el barrio de Chamberí,
supo de las maravillas del corazón de Madrid. Por el Madrid de Los Austrias, allí
en La Plaza Mayor, supo que grandes artistas son la causa de lección. Confundió
La Castellana con rincones de Alicante, y pensó que La Explanada tuvo el Prado
por delante. Sin fijarse en los museos, el joven siguió expectante, recordando
los trofeos, de ese Real Madrid por delante. La Pradera San Isidro le dieron
luces y sombras, y el Manzanares suspiros que los miraba en alfombras. Madrid
le dio su cariño que lo llevo hacia Alicante, el joven se vio más niño con La
Cibeles brillante. Entre verbenas famosas viendo las viejas movidas, comprendió
que existen rosas que parecen atrevidas. La Gran Vía madrileña le recordó Maisonnave,
y su mente fue la dueña de saber buscar la clave. Madrid le lleno de sueños
entre brisas culturales, recordando sus empeños por sus dudas naturales. Sintió
la voz del destino, pensando sobre los mares, y en Madrid hallo adivino en
muchos cafés y bares. En este lugar de España, donde nadie es extranjero, vivir
en Madrid no extraña a ningún aventurero. Alicante en su memoria con su Calle
de Castaños, más en Madrid hallo gloria sin conocer jamás daños. Fue recorriendo
Madrid por sus barrios pintureros, viendo que existe esa lid donde acuden los
toreros. Madrid le marcó su meta de paisajes con palmeras, y supo de vida
inquieta para quien marca fronteras. Madrid tiene forasteros que desprecian su
cultura, ellos son los agoreros que suelen dar amargura. Esta ciudad
castellana, que algunos llaman manchega, es solidaria y humana pero no quiere
ser ciega. Podrás buscar amistades por los barrios más humildes, y saber de las
verdades que aquí se ven como miles. Esta ciudad castellana donde se vive
deprisa, a veces es más cristiana cuando
conoces su brisa. Un amigo de Alicante que supo ser hombre honrado, se abren
las puertas delante sin tenerle controlado. Madrid sabe de lecciones y de
palabras hermosas, Alicante da razones sabiendo mucho de rosas. Madrid le dejó
sabores que guardara con dulzura, en su maleta de amores quiso llevarse
cultura. Versos cargados de rimas marcharon para Alicante, el joven miro las cimas
de alguna torre elegante. El volver para Alicante le marcó mucho camino, en Madrid
supo al instante donde se puede hilar fino.
Madrid mirando Alicante con sus playas naturales, al ser la ciudad
amante que hace grandes ideales. Las amistades se llenan de palabras con
dulzuras, y las distancias apenan a quien arrastra amarguras. Como dos buenos
amigos que saben de diferencias, ellos no quieren castigos ni malas
intransigencias. Madrid sintiendo Alicante con sentimientos sencillos, con la
amistad por delante y respetando sus brillos. Madrid cobijo y posada de personas razonables,
es la ciudad encantada entre las frases amables. G X Cantalapiedra.
15 – 5 –
2018.
No hay comentarios:
Publicar un comentario