AQUEL MATRIMONIO
QUE VISITABA POR PRIMERA
VEZ ALICANTE
Aquel matrimonio con 65,
años, de edad, y recién jubilados los dos, se regalaron, las primeras
vacaciones de su vida, al verse libres de trabajo, desde su lugar de origen, en
La Castilla Profunda, era el año de 2010, en su automóvil, cargaron dos
pequeñas maletas, y llenos de alegría, y con muchas ganas de vivir su nueva
etapa, pusieron camino hacia esa tierra de palmeras y playas maravillosas, Primero
tuvieron que circular, por la carretera de La Coruña, en dirección a Madrid
cerca de 180, kilómetros, para poder entrar, en la llamada M, 40, vía de
circunvalación de Madrid, donde desde esa carretera con mucha circulación,
pudieron salir a la Nacional, III, cuando eran las diez de la mañana, de aquel
mes de mayo, ya florecido, su primera parada fue cerca de Tarancón, localidad
de Cuenca, y su paso por las tierras de La Mancha, les parecían muy conocidas,
los viñedos y cereales, eran idénticos a los de su tierra de Castilla, siendo
hasta los apeos agrícolas que vieron en su entorno idénticos, a los que ellos
dejaron en su villa castellana. Su siguiente parada, fue después de a ver
cogido, la autovía del Mediterráneo, en el kilómetro, 175, de la Nacional III,
pasados unos kilómetros más adelante, en el punto kilométrico 37, en la
localidad de La Roda, pararon en un restaurante, sin problemas de aparcamiento,
y con unos buenos servicios de todo lo necesario, para poder pasar un rato
descansando del viaje, donde antes de salir de su tierra, alguien les informo,
de sus pasos a seguir en dichas carreteras. Todos los consejos que recibieron,
antes de salir, en aquel apreciado y deseado viaje, les parecían fabulosos,
desde La Roda, tenían que circular unos 202, kilómetros hasta Alicante, que
recorrieron con esa luz que esa tierra marinera, suele tener en esa época del
año, en su camino contemplaron, los Castillos de Chinchilla de Montearagon, Almansa,
Villena, el famoso pueblo donde más curanderos existen en España, Elda, Petrer,
y al pasar por Monforte del Cid, recordaron su paso por el colegio de aquella
villa, donde el Cid, era la figura más admirada por todos los castellanos. Su
llegada a la ciudad de Alicante, fue gozosa, desde la lejanía, su Castillo de
Santa Bárbara, les daba la bienvenida, y sus torres mirando al cielo azul, les
parecían ser elegantes y admiradas, el matrimonio castellano, siguió las
instrucciones recibidas, y termino en el centro de la ciudad, en un hotel de
dos estrellas, que después de bajar su equipaje, le indicaron donde aparcar su
coche, en esos días de hospedaje, Todo les parecía brillante, sus paseos por La
Explanada, eran un constante, la subida al Castillo fue delirante, el paisaje
que se divisaba desde su cima, era de llevarlo en la retina, para el resto de
sus vidas. Sus paseos por la playa del Postiguet, y a la vez por la Marina del
Puerto, y el Rompeolas, les daban tantas alegrías, que se dijeron. “Ha merecido
la pena el trabajar tanto, y a ver podido ahorrar, para poder disfrutar de este
mundo de encanto, donde las palmeras parecen que tiemblan, con el pequeño soplo
de viento”. Así se les fueron pasando aquellos 25, días de vacaciones, donde
pudieron visitar Las Cuevas del Candelabro, en Busot, acercarse hasta Benidorm,
donde disfrutaron viendo cantidad de personas mayores, que sus vacaciones, las
deberían pasar allí, y poder de paso visitar, los dos museos del chocolate en
Villajoyosa, donde pudieron sentirse en la gloria, con dichos olores y sabores.
Aquellas primeras vacaciones en muchos años, fueron un iniciarse, en una nueva
etapa de la vida de jubilados, Alicante y su entorno, les hicieron sentirse
mucho más jóvenes, y con ganas de recuperar el tiempo perdido…. G X
Cantalapiedra.
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