LAS
MADRUGADAS SORIANAS
Cuando
los hielos relucen
sobre
las aguas del Duero,
hay
fríos que nos conducen
algún
grado bajo cero.
Escarchas
que van marcando
con
sus blancos heladores,
fríos
que llegan buscando
a
los duros labradores.
Tierras
heladas del Duero
entre
brisas tenebrosas,
paisajes
tiene el Ucero
entre
piedras silenciosas.
Las
madrugadas sorianas
son
caminos al invierno,
se
nota que en las mañanas
no
existe el ambiente tierno.
Estos
meses van dejando
sus
tenebrosos silencios,
mientras
se llegan helando
las
nostalgias y desprecios.
En
estas tierras de Soria
cuna
del buen romancero,
el
frío guarda memoria
de
volver el hielo acero.
Pinares
por los caminos,
álamos
del río Duero,
todos
sufren esos signos
del
miedo al sufrido enero.
Madrugadas
temerosas,
vientos
que arrastran el hielo,
hay
noches tan horrorosas
que
temes pisar el suelo.
Senderos
llenos de vida
por
donde transita el Duero,
no
existe la noche erguida
cuando
el frío es agorero.
G X Cantalapiedra.
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