sábado, 18 de noviembre de 2017

AQUELLA TARDE LLORABA SU MALA SUERTE

AQUELLA  TARDE,  LLORABA  SU  MALA  SUERTE.
Hay momentos en la vida que se vuelven farragosos,
de nada valen mentiras ni caprichos vanidosos.
Las lágrimas le brotaban sin poder callar su llanto,
y en su mirar yo notaba algún que otro sobresalto.
Las palabras eran llanto envuelto en melancolía,
su vida la fui notando al ver cómo así sufría.
Aquella mujer su esposa a la que tanto quería,
la enfermedad la mató arruinando su alegría.
Y aquella tarde lloraba cómo triste letanía,
en su mente la llevaba todas las horas del día.
Le vi mirando su foto, llorando aquella agonía,
hay sufrimiento devoto que no busca la armonía.
Sus palabras eran llanto y su llanto lo sentía,
mientras se escuchaba un canto que muy bonito decía.
No me llores amor tanto y dame  la despedida,
que no quiero hacerte santo ni causarte mala herida.
De nada sirven los llantos cuando la vida se acaba,
la muerte da desencantos que a veces se vuelven traba.
Una foto en su cartera casi vieja de besarla,
ella fue su primavera y no pensaba olvidarla.
Al cielo la preguntaba entre signos de tristeza,
“Dios mío te la llevabas y era toda mí grandeza”.
Se me termino el camino de mis grandes esperanzas,
hoy tengo perdido el signo y no encuentro la templanza.
Aquel hombre vi perdido y le entendí sus razones,
si el corazón vive herido se borran las ilusiones.
Aquella tarde de llanto mí corazón se afligía,
es difícil querer tanto cuando la noche se enfría.
Sentimientos y pasiones le van marcando la vida,
sus penosas sensaciones hoy son su causa perdida.
Aquella mujer amada le acompaña en su deriva,
su vida tiene marcada aunque jamás él la escriba.
Sin buscar nuevos amores camina solo en la vida,
no le importan los dolores más llora su despedida.
De nada valen los llantos cuando no curan heridas,
ni tampoco buscar santos que alegren la fe perdida.

       G X Cantalapiedra.      

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