martes, 24 de marzo de 2015

CUANDO LOS SUEÑOS SE ROMPEN

CUANDO LOS SUEÑOS SE ROMPEN Los años se van pasando envueltos entre miserias, y hay gente que esta pensando, lo duro que es la indigencia. Aquel niño de pequeño soñó con luces y flores, y termino de mendigo entre malditos cartones. Cada noche se acostaba entre botellas de vino, y en sus sueños encontraba maldiciones del destino. Sus sueños quedaban rotos al venir la madrugada, y sus huesos eran cotos de una vida condenada. Cada noche maldiciendo lo duro de su fortuna, al tiempo que iba sintiendo el resplandor de la luna. Solo con su cruz a cuestas entre asiduos compañeros, sin saber si existen fiestas con signos de hombres sinceros. Recorriendo su camino entre rechazos fatales, era penoso su signo entre raras soledades. Sus ilusiones murieron en las frías madrugadas, no se si también huyeron al ver sus horas marcadas. Por el día mendingando buscando algunas monedas, con su paso logro andando ver las verdes arboledas. Los sueños se fueron rotos, rotos de llanto y de pena, sin hacer un alboroto sintió en su pecho condena. Aquellos años de niño entre caricias humanas, hoy no tiene ni un cariño ni puede hablar de desganas. Su madre le abandonaba por no poder mantenerle, y tan solo se encontraba que nadie quiso tenerle. Su historia de llanto y duelo paso medio inadvertida, nadie le ofreció consuelo en su ruta deprimida. Caminando entre penumbra sus pasos fueron tragedia, dicen que la vida alumbra muchas horas de comedia. Ahora vive entre cartones de una ciudad con olvido, donde se marcan razones en el camino perdido. Son muchos los indigentes y son muchos los olvidos, que a veces dicen las gentes son humanos perseguidos. Perseguidos y sin suerte, entre cartones metidos, dicen que buscan la muerte en sus días deprimidos. Esa vida de miseria sin hogares de cariño, les pone la vida seria y más cuando ven a un niño. Indigentes sin consuelo entre lamentos sufridos, quieren levantar el vuelo sin poder ser atendidos. Caminan con paso lento, algunos hasta perdidos, dicen que temen al viento porque les deja vencidos. Este mundo es invisible, tememos vernos heridos, hablamos de lo posible y de los sueños fundidos. Todos tenemos historia, nadie quiere verse herido, dicen que existe la gloria y el paraíso escondido. Más los indigentes fluyen en las calles y recintos, aunque casi nada influyen cuando les ponen precintos. Marginados con cartones y trajes medio roídos, sin conocer ilusiones son seres más que sufridos. Nos hablan de soluciones en lugares escondidos, sin decir que sus razones son de seres perseguidos. Marginados de la vida, sin darles explicaciones, luego hablarán de su huida de los sucios barracones. El silencio es compañero de sus tristes soledades, le dirán aventurero al que quiera oír verdades. La justicia de la vida es un camino sin tregua, a veces en su guarida nos habla con otra lengua. Marginados y sufridos como seres sin derechos, hombres que nacen perdidos y apenas tuvieron techos. Soledades de la noche, penas que se lleva el viento, a veces con el reproche que les causa el sufrimiento. Salgo a la calle mirando y me asusta su tormento, a veces voy contemplando que no existe el sentimiento. Calles llenas de pobreza cubiertas de mucho cieno, con gentes que en su tibieza piensan si existe un dios bueno. Miramos medio encogidos no podemos ver el cielo, estos seres tan perdidos tienen derecho a su suelo. Vuelvo la vista temblando, dios mío como es el cielo, no puedo seguir andando entre tanto desconsuelo. Cuando regreso a mi casa y de nuevo pienso en ello, que no me digan que pasa, porque el presente no es bello. Las palabras quedan mudas y otras veces sin aliento, puede que palabras rudas nos den más conocimiento. G X Cantalapiedra.

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