lunes, 9 de febrero de 2015

AQUEL GATO SIN OLFATO SE QUEDO SIN HEMBRAS NI AMORES

AQUEL GATO SIN OLFATO, SE QUEDO SIN HEMBRAS NI AMORES Cuentan algunos agricultores, que un pueblo de Castilla, vivía un señor que tenia, un flamante gato de raza iraquí, que era el terror de todos los demás gatos de aquel territorio, y que en las noches sus maullidos, eran de meter miedo hasta las propias personas que habitaban en aquellos lugares. Por la mañana cada día, el gato regresaba a su domicilio, con algún arañazo y con los pelos revueltos de sus enormes peleas. El dueño del gato no sabia como poder acabar con sus andadas nocturnas y gatunas, solo comprobaba que cada día tenia que andar echándole desinfectante a las heridas producidas en sus grandes peleas, que se repetían día tras día, sin poder poner solución a sus marchas nocturnas. Las gatas de aquel pequeño pueblo, esperaban a su gallardo gato, llamado “Soli”. Que parece que era encantador con ellas. Pero que su dueño no estaba por la labor de que cada día su regreso al domicilio fuera sangrante. El dueño del gato “Soli”, le comento al veterinario que se podría hacer con dicho gato, y este sin tardar le hizo una gran reflexión, podemos anular su virilidad, y con ello el gato “Soli”, no tendrá la intuición de salir a buscar amores gatunos, y tampoco le quedaran ganas de salir del hogar, ya que el mismo se dará cuenta de su impotencia, y le resultara muy grande y grave el verse sin deseos gatunos. En aquel mismo momento el dueño del gato, quedo con el veterinario para realizar dicho contenido hablado, El veterinario cumplió con su objetivo, sin ninguna demora. Y aquella misma noche “Soli”, salió de su casa como siempre, pero al subirse sobre el tejado de su vivienda, se dio cuenta que su deseo de estar con hembras de su especie, era nula, entonces sin pensarlo dos veces regreso a su domicilio, metiéndose en el granero donde durante el día estaba descansando. Su dueño al verle llegar con las orejas y la vista agachada, se dio enseguida cuenta del milagro realizado por el veterinario, el gato estaba sin olfato gatuno, y sus correrías no le marcarían en adelante, ya que solo comería y dormiría sin apenas andar por los tejados de las casas de aquel pueblo. Un vecino del dueño del gato “Soli”, le comento un buen día sin reparos, al dueño de “Soli”, pocos días después de aquel, milagro. En verdad te digo, que a tu gato, le ha pasado lo que al “Braulio”, que desde que le operaron de la Próstata, nunca más salió de fin de semana al Farolillo Rojo, para ver si se enrollaba con alguna camarera de dicho club americano, y además parece que comenta por el pueblo, que no necesita ninguna mujer, para poder vivir feliz. Me imagino que el interés que demostraba antes por estar casado, se le ha anulado por completo, el olfato hoy en día no le es grato, le pasa lo mismo que al propio gato, que para que va a salir a buscar ligues, si no puede demostrar su masculinidad cuando llegue su momento. Las palabras del vecino eran como si fueran afirmaciones, que el dueño del gato percibió sin ningún escarmiento. El gato no sufría la Próstata, pero estaba condenado a ser un gato marginado, sin ganas de vivir ni de peleas en los tejados. Solo caminaba buscando aquel plato de porcelana viejo, donde a diario, su dueño le echaba la comida, y un pequeño barreño donde bebía y se lavaba su cara, para poder mantenerse despierto en su vida cotidiana, donde nunca más volvería a ser aquel temido gato, que las gatas del pueblo le esperaban para recibir sus caricias gatunas, y los demás gatos de aquel pueblo, se paseaban por los aleros de los tejados, desafiantes ante la inutilidad de “Soli”, que apenas le quedaban ganas de sobrevivir a tan penosa situación, que le había echo mucho antes de tiempo, de ser un gato sin olores ni sabores, y mucho menos de amores. G X Cantalapiedra.

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