jueves, 7 de mayo de 2015

EDUARDO SE NOS MARCHÓ

EDUARDO SE NOS MARCHÓ Sin apenas decir nada ni darnos la despedida, su vida se terminaba en esa tierra querida. Galapagares le nombra notando su lejanía, algún amigo se asombra al sentir la pena fría. La vida se fue pasando sin poner ninguna traba, mientras que se fue agotando el mundo que el adoraba. Caminos viejos de Soria entre fríos tenebrosos, lugares de paz y gloria con momentos dolorosos. Hay silencios que te marcan cuando sientes las ausencias, y en mil pesares te embarcan entre tristes condolencias. Galapagares con brisas de silencios añorados, donde se vive sin prisas entre enebros dispersados. Siento su voz con gran fuerza siempre que me ha saludado, hoy mi cerebro se esfuerza por no tenerle olvidado. Galapagares y el Burgo desde niño lo ha pisado, el tiempo se vuelve absurdo cuando todo ha terminado. Silencio en Galapagares su pilón parece extraño, esos bonitos lugares nunca conducen a engaño. G X Cantalapiedra.

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