lunes, 18 de mayo de 2015
AQUEL VEINTICINCO DE MAYO
AQUEL VEINTICINCO DE MAYO
Nos recuerda la memoria
aquella fecha maldita,
hoy solo vemos su historia
con un grito que palpita.
Un veinticinco de mayo
del siglo del diecinueve,
una helada de desmayo
que en el recuerdo se mueve.
Campos que fueron quemados
por el sol más reluciente,
todos viñedos helados
con un frío repelente.
En los campos castellanos
quedaron huellas marcadas,
sus trigales todos vanos
y sus viñas malogradas.
Un veinticinco de mayo
marco su rumbo perverso,
no fue tormenta de rayo
más les dejó su reverso.
Campos bellos de Castilla
que soñaban con cosecha,
aquella gente sencilla
les hizo sufrir su brecha.
La tristeza fue terrible
en aquellas horas negras,
el vivir era imposible
hubo que pasar fronteras.
Buscando la emigración
por las tierras extranjeras,
fue la triste solución
de poder romper barreras.
Heladas que marcan fechas
sin poder borrar sus daños,
ellas son causa de brechas
y se recuerdan los años.
G X Cantalapiedra.
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