CUANDO
PISO EN ALICANTE
Cuando
piso en Alicante
mi
corazón se emociona,
de
pronto viendo al instante
ese
mar que me ilusiona.
Palmeras,
grandes palmeras,
repletas
de fantasía,
que
soñaron primaveras
en
perfecta sintonía.
Ramblas
llenas de alegría
con
sus árboles triunfantes,
calles
que dan simpatía
sin
verlas nunca arrogantes.
Alicante
tiene días
que
son brillos de diamantes,
en
algunas noches frías
se
ven calles expectantes.
La
Explanada me seduce
cuando
termina la tarde,
me
parece ser el cruce
de
ese mar que es un alarde.
Alicante
de palmeras,
con
gestos siempre de amantes,
sus
aires tienen esperas
de
momentos arrogantes.
Quien
pudiera cómo el viento
noche
y día saludarte,
sin
notar el sufrimiento
de
nunca poder mirarte.
Alicante
de claveles
con
sus rosas imperiales,
eres
tierra de placeres
y
mujeres naturales.
Hoy
quiero verte despierta
con
tu música a raudales,
el
alma le tengo abierta
para saber lo que vales.
G X Cantalapiedra.
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