jueves, 7 de enero de 2016
LA VERDADERA AMISTAD NUNCA SE TERMINARÍA
LA VERDADERA AMISTAD NUNCA SE TERMINARÍA,
Aquellos dos amigos que desde la infancia, se habían entendido y respetado en su amistad, con el paso de los años, se vieron obligados a seguir distintos caminos, aunque nunca en sus ratos de pensamiento, se olvidaron, ya que de vez en cuando las cartas que se enviaban les comunicaban, para saber cómo les iba la vida a cada uno. Por aquellos años de mil novecientos sesenta y pico, su amistad era bastante buena, y después que cada uno hubiera cumplido, con la patria en su servicio militar, la comunicación se hizo mucho más rápida, y fue así cómo los dos amigos se juntaron en la misma ciudad, donde el trabajo era su futuro inmediato, y así se pudieron abrir camino, entre las muchas dificultades de aquellos momentos, la amistad les unía en los tiempos difíciles, el dinero era el terreno más difícil de conseguir, pero los dos amigos se fueron abriendo su futuro, con buenas perspectivas. Y así marcharon los dos amigos en los tiempos difíciles, que en aquellos años, una vez casados con sus queridas esposas, continuaron visitándose y repartiendo muchas horas de su tiempo libre, Más tarde la vida les puso en una rara situación. Un accidente laboral de un cuñado de uno de los amigos, les hizo sentirse un poco más lejanos, pero sin perderse de vista, ya que sabían todo lo que aquel drama les estaba constando, Los hospitales y sus largas esperas, fueron muy duras, para al final terminar muy mal sin poder encontrar solución aquel grave problema. Los años siguieron su marcha, sin dejarse de visitar, y los meses se fueron pasando casi sin darse cuenta. Hasta que el viaje a Perú, de uno de los amigos con su esposa, al regresar a su domicilio, se dio cuenta que el fondo de sus ojos, se habían teñido de color amarillo, sin apenas esperar ni un solo momento, se dirigieron al Hospital que les pertenecía en su contorno, allí les atendieron rápidamente, y se ve que los médicos sabían de sobra, de que se trataba aquel mal, del que muy poca gente se salvaba, sin dejarle salir de urgencias , le llevaron a una habitación, haciéndole un montón de pruebas, y sin querer asustar a nadie de su familia, la primera llamada fue para su amigo de siempre, que sin fallar ni un momento, se dirigió hasta el Hospital donde se encontraba esperando para ser intervenido, aquellos días de pruebas y diagnósticos, fueron terribles, los médicos no se dirigían al enfermo, para darle el gran disgusto de su enfermedad. Aunque el amigo se informo por fuera parte, de lo que estaba sufriendo su amigo internado en dicho Hospital. El día antes de ser operado el amigo fue cómo todos los días a verle a su habitación, y al despedirse el amigo ingresado, con un montón de cables y viales para inyectarle medicamentos, se levanto de su silla hospitalaria, y dándole un fuerte abrazo de amistad sincera, le dijo al oído unas palabras, que al amigo le dieron que pensar, ya que en ellas le daba las gracias de a ver tenido su amistad siempre, sin ningún interés en ello, y al tiempo comunicarle, que ya nunca más se verían vivos. Cosa que el amigo al salir por los largos pasillos, de aquel Hospital Clínico, le dio por tiritar sus manos y piernas, pensando en lo que le acababa de decirle su amigo de siempre. Se fue caminando hasta donde tenía su coche, y al estar dentro del vehículo, no era capaz de arrancar de aquel lugar, donde los pinos estaban de adorno, y el fondo del paisaje eran las grandes ventanas del Hospital. Pasados cómo unos diez minutos, por fin arranco el coche y se marcho del lugar, eso sí. sin dejar de pensar en lo que le acababa de comunicar su amigo hospitalizado. Por el camino hacía su domicilio, el amigo se sentía mal, pensaba que aun era demasiado joven para dejar está vida, que en aquel momento la tenía bastante cómoda, y con la economía bien situada. Pero el quirófano al día siguiente, después de ocho horas de estar dentro el amigo, solo le sirvió para quedar ingresado en la UVI, y en el plazo de quince días, terminar avisando a su familia, que a la una de la tarde se le desconectaba, de todo el aparato sanitario, al encontrarse en estado muerto. Todos los días de aquellos quince, su amigo de siempre, no falto ninguno para ver cómo se desarrollaba su momento. El fallecimiento de aquel amigo, lo llevo para siempre en su vida, el amigo de siempre. Y aun después de a ver pasado algunos años le tuvo presente, en muchas horas de su pensamiento. G X Cantalapiedra…
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