lunes, 1 de junio de 2015

AQUEL VERANO DE 1963

AQUEL VERANO DE 1963 Era en el mes de agosto, sobre las cuatro de la madrugada, de una noche fresca, después de un día caluroso, el pastor de aquel pueblo de la provincia de Burgos, caminaba hacia donde tenia su rebaño de ovejas encerradas en unas teleras de madera con aros, Se encontraba como a unos dos kilómetros de su casa, cuando de pronto un rayo de luz muy potente, le dejo inmóvil, en la mitad del camino, los perros que le acompañaban empezaron a ladrar, pero callaron enseguida al ver a su pastor caído en el suelo, sin apenas meter ruido, un aparato mecánico, hizo ademan de aterrizar, sin llegar a tocar el suelo, el pastor medio inconsciente, veía como una presión enorme le hacia subir hacia dicha nave voladora, y al mismo tiempo sus dos perros guardianes que le acompañaban, al entrar en dicha nave, sintió como un fuerte olor a un producto que nunca le había olido, y que le dejo sin sentido, sin saber el tiempo que allí dentro había permanecido, se despertó en un rastrojo como a unos quinientos metros de donde fue absorbido por dicha nave, los dos perros estaban muertos, con las tripas sacadas, y casi despellejados, el pastor quería ponerse en pie, pero le faltaban fuerzas y dinamismo, se trato de mirar sus manos, por si las hubiera tenido dañadas, pero no tenia síntomas de tener heridas como sus perros a los que les habían echo sufrir, hasta llegar a morir, el pastor notaba cansancio, falta de energía y sobre todo no sabia el tiempo que había transcurrido desde aquel momento en que sin darse cuenta, una presión enorme le ascendió hasta aquella maquina voladora. El sol parecía que intentaba salir entre las nubes que cubrían la vista del monte más próximo, y los primeros rayos brillaban sobre los pinos y enebros de aquel campo castellano. El pastor veía que era tiempo de estar ordeñando sus ovejas, que otros días a esas horas ya tenia más de la mitad de su rebaño que habían sido ordeñadas, después de un largo rato y con el sol a la vista logro ponerse en pie, y tratar de caminar hacia donde tenia su ganado esperándole. Eran sus pasos como los de un borracho que no sabe caminar derecho, trataba de sentirse bien , pero era imposible, algo le habían echo que le había dejado, como un ser sin voluntad ni fuerza. Al llegar a su rebaño, las ovejas parecían mirarle extrañadas, era demasiado tiempo el que había pasado en comparación a otros días, las ovejas parecían tener conciencia de que algo raro le pasaba al pastor. Aquella mañana hasta las nueve no termino su faena de ordeño, que el a la salida del sol casi siempre había terminado, y entonces un zagal que recogía la leche de tres rebaños con un carro llego antes de que acabara de ordeñar, a todas aquellas ovejas que daban leche. El zagal le pregunto, estas enfermo o te pasa algo, y el pastor contesto, no lo se, debo tener alguna decima de fiebre, sin más conversación el zagal marcho hasta la quesería, donde dejaba la leche para producir queso,. Una vez en el pueblo paso por la casa del pastor, para comunicar a su familia, que se encontraba como con fiebre, a lo que su esposa le dijo ahora iré a ver que le pasa, a este hombre de dios. La esposa del pastor camino a prisa hasta ver de lejos, aquel rebaño de ovejas, que en la lejanía no parecía pasar nada anormal. Pero al divisar a su esposo, se dio cuenta que estaba como un poco trastornado, se dirigió a su marido preguntándole que es lo que le pasaba, y el con lagrimas en los ojos, la contesto, que aquella madrugada fría, le subieron a una nave rara, que sin tocar el suelo, fue elevado el y sus perros arriba, matando a sus dos fieles compañeros, y que el desde la nave debió de ser arrojado a un rastrojo de allí cercano. La esposa pensó que deliraba, intento convencerle para que fuera al medico del pueblo para consultarle el tema, a lo que el pastor se negó, diciendo que le llamarían loco, o demente, y que no quería pasar ningún bochorno, como si fuera un ser extraterrestre. Pasaron dos meses de dolores y sufrimiento, y el pastor termino siendo intervenido con cirugía en el hospital general, donde sin tener un diagnostico claro, trataron de salvarle la vida sin lograrlo, G X Cantalapiedra.

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