VISIONES EN LA NOCHE SOBRE LAS CARRETERAS SORIANAS

VISIONES EN LA NOCHE SOBRE LAS CARRETERAS SORIANAS. Aquella madrugada del mes de enero, era demasiado fría, el hielo azotaba la carretera que conducía hacia la ciudad de Soria, la noche estrellada hacia ver un cielo, que parecía brillar con una intensidad extraordinaria. El automóvil circulaba a una velocidad un poco rápida, para las condiciones atmosféricas de aquellos momentos, donde el hielo se notaba en el brillo de la carretera. Al subir un rasante el conductor advirtió, que un objeto brillante con luces en forma de disco rotando, existía muy cerca de la carretera por donde el circulaba. De momento sin apenas darse cuenta un fogonazo impresionante, hizo que todo el contorno se quedara como si fuera de día. El automóvil de repente le fallo su motor, el conductor se veía impotente, al ver que el acelerador no le respondía, y aunque la luz inmensa dejo de brillar, el sentía el deslumbramiento tan gigantesco que había vivido. Fueron segundos de fatalidad, hasta que el automóvil de nuevo volvió a coger aceleración, entonces el conductor pensó, esa luz de disco que deje al lado izquierdo de la carretera, no era nada normal, nunca sabré cual era el aparato tan grande que allí estaba parado, el miedo le hacia mirar constantemente hacia el retrovisor, pensando si podrían seguirle y hacer lo que otro amigo le conto en cierta ocasión,,,. Su amigo circulaba entre los Altos de Ayllón y Peñalba de San Esteban, y sintió como su coche tomo altura y de repente se quedo completamente dormido, cuando despertó se encontraba en las puertas de San Esteban de Gormaz. Nadie le había visto ni oído, ni su amigo tampoco recordaba nada de aquel trayecto nocturno, por aquella carretera donde su amigo circulaba ha menudo. Quiso parar a contar lo sucedido a las autoridades, pero le pareció demasiado fantástico, y continuo su camino hasta cerca de Soria ciudad. Donde días después en la charla del vermut del domingo por la mañana, contaría su experiencia extraterrestre. Ahora era el, acababa de sentir el miedo a lo desconocido, y mucho más aquella madrugada de frío invierno, todo paso por su mente en pocos segundos, la historia de su amigo ahora le parecía mucho más real, sabia de sobra que dentro de aquel artilugio un coche le sobraría mucho sitio para entrar, y pensó seguro que me siguen la pista y suben el coche sin yo enterarme, todo aquello y un montón de posibles problemas le acechaban, todavía quedaban algunos kilómetros para llegar a su destino, cuando de repente, una ráfaga de luz amarilla le ilumino todo el automóvil. De nuevo el automóvil volvió a fallar, y entonces ni pudo pisar el pedal del acelerador, sus manos temblaban de miedo, el frío era mucho más intenso, y la soledad de la carretera era terrible, nadie circulaba en esos momentos. Al pronto noto como un pequeño silbido que paso por encima del automóvil sin apenas hacer ruido de motores, su coche seguía circulando por la inercia, pero con los síntomas de terminar parándose. De repente, el artilugio subió hacia el cielo haciendo giros a una velocidad exagerada, ningún avión seria capaz de poder seguirle. Durante algún segundo no fue capaz de arrancar el automóvil de nuevo, su sentido común le hacia sentirse acobardado y encima nunca podría contar su penosa aventura, al rato trato de arrancar el automóvil y continuo su camino en tierras sorianas, la soledad era su compañera de viaje, eso es lo que el pensó cuando salía de ver a un amigo del servicio militar, y donde ceno con su familia, hasta altas horas de la madrugada, sin esperar nunca aquella misteriosa aparición, que le marcaria para siempre, sus manos no dejaban de tiritar, sus ojos le lloraban constantemente, y su corazón parecía salirse de su pecho, el pensaba esta será una historia que nadie me creerá, dirán que vengo borracho, y la verdad que no lo estoy, esas preguntas sin respuesta le acompañaron hasta llegar cerca de Soria, donde empezaba a salir el sol en una mañana fría y llena de misterio, que nadie podía explicar. G X Cantalapiedra.