jueves, 26 de junio de 2014
LAS CABALLERIZAS DEL CONDE DON PEDRO DE TOVAR
LAS CABALLERIZAS DEL CONDE DON PEDRO DE TOVAR
Sentimos cada mañana los caballos galopar, dicen que vienen cansados de recorrer la ciudad, Madrid con grandes jinetes que saben que es cabalgar, vienen deprisa corriendo para poder descansar.
Hablan de caballerizas del conde Pedro Tovar, que se lleno de primicias con su fría soledad. Hortaleza de pasiones es un bonito lugar, donde se dan emociones llegándole a transitar. caminar por estos campos en completa soledad, sin ver aquellos rebaños que el conde llego a formar, solo se ven grandes bloques, barrios que llegue a pisar,
donde la gente sencilla busco con amor su hogar.
Pero las caballerizas nadie las quiere olvidar, hoy es un simple desguace que se usa para jugar, caballeros sin fortuna, ciudadanas a charlar, que ya las caballerizas son un muy digno lugar. no busquemos negras trabas, ni soñemos más volar, el desguace suena alegre al ver gente en cantidad. Los amigos se consuelan, ¿el conde donde estará?, seguro que sus pasiones hoy no puede practicar.
“El Silo” sigue perenne, es un lugar de pisar, mantiene una biblioteca que yo la llego a admirar, pero las caballerizas aquellas que fama dan, es un lugar de acogida que se debe respetar.
Cruce de razas humanas, lecciones en cantidad, existen ordenadores que hoy no se llegan a usar. Todo parece moderno en aquel viejo lugar, donde los hombres aprecian lo bueno de esta ciudad.
Nunca soñaría el conde, que de fe no andaba mal, que aquellas caballerizas serian muy de apreciar, los muros de sus cimientos, los olivos y algo más, todo parece sencillo, pero es bonito el lugar, donde se pasa la vida sin quererla complicar.
Hortaleza fiel testigo, viendo los años pasar, y recordando a su conde que quiso allí descansar, aunque el destino quisiera un cambio poco normal.
Hortaleza de emociones, de trabajo y dignidad, donde se viven pasiones de su historia medieval, y que conserva rincones que nadie quiere borrar.
Los caballos se marcharon sin dejar huella fatal, y en el soportal dejaron los signos de antigüedad.
Solo las caballerizas quieren por siempre aguantar, aunque alguien vera las cenizas en un parque natural, donde se cruzan palabras con respeto y seriedad.
La historia sigue su curso, nadie la puede parar, aquí no existe recurso que la obligue a caducar.
Las horas se irán pasando, y el desguace es otro hogar, para poder descansando vivir las horas en paz.
Hablar de caballerizas de Don Pedro de Tovar, es revolver las cenizas de tan bonito y bello lugar.
En la memoria se queda, no se si en la soledad, que la gente de esta tierra quiere su historia guardar, pasaran algunos años, sin que se pueda borrar, y en pie las caballerizas se pueden hoy disfrutar.
G X Cantalapiedra.
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