jueves, 19 de diciembre de 2019

UN DÍA SE FUE ALICANTE

UN DÍA SE FUE ALICANTE Sin pensarlo demasiado, ni sentirse un inmigrante, desde Castilla La Mancha cogió rumbo de Alicante. En aquellos duros años con el paro por delante, sin pensar en los peldaños dijo marcharse Alicante. Entre deudas y lecciones sin tener miedo un instante, nunca oculto las razones de buscar la tierra amante. Camarero de por vida, en un lugar elegante, hizo suya la partida para seguir adelante. Cuantos suspiros perdidos, cuantas palabras errantes, sin ver sus sueños vencidos burlo tiempos delirantes. Entre palmeras hermosas camino sin grandes prisas, viendo las flores dichosas y las gentes con sonrisas. Mil novecientos cincuenta, año de aquella salida, La Mancha no tuvo en cuenta que el paro trazaba herida. Alicante le marcaba para el resto de su vida, más a gusto se encontraba al ver su ruta elegida. Cuantas veces preguntando, por amigos a escondidas, muchos días explicando en las infancias vividas. Manchego de nacimiento con sus señas no perdidas, a veces pregunto al viento el porqué de las heridas. Sobre el suelo de Alicante entre bonitas colinas, el ayer fue su rasante sin precisar medicinas. Corrían vientos del norte, la mente pensaba erguida, su marcha fue ese resorte de ver su luz encendida. Han pasado muchos años. el hombre sigue en la vida, ya no valen los engaños de una tierra deprimida. Camina con pasos cortos, hoy no busca la salida, ni quiere saber de cotos buscando fecha afligida. Camina buscando el Puerto con sus lágrimas sentidas, y dice que fue un acierto el buscar tierra elegida. Su familia reconoce lo bueno de su partida, y olvidar si tuvo roce al dejar senda querida. Años llenos de pasiones con claridades altivas, Alicante da emociones sin ser las fechas festivas. Nadie se ve forastero, en esta costa sentida, hablan del aventurero que no ve su frente erguida, Cuando bailan las palmeras que con el viento se agitan, hablan de ciertas banderas que por la PAZ sí que gritan. Alicante da razones a muchas gentes sencillas, que buscaron soluciones sin comentar sus rencillas. Esta ciudad de Levante que destila la sonrisa, es ese grito constante que a veces suelta su brisa. Hay mentes que van pensando en pasajes de su vida, y terminan concretando en alguna vieja herida. Alicante de posada, con playas de maravilla, es la ciudad encantada para la gente sencilla. G X Cantalapiedra.

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