miércoles, 17 de agosto de 2016
LAS SOMBRAS NEGRAS DEL RAMÓN Y CAJAL
Entre sombras de penumbra
sientes dudas aparcando,
el timo que allí se alumbra
es un miedo al no ir pagando.
Cada tres coches un hombre
hacen labor recaudando,
la vigilancia se esconde
para seguir ocultando.
Como una mafia de guerra,
que marca su territorio,
el ambiente siempre encierra
cierto miedo al repertorio.
Manos que vienen gritando
desde el África sedienta,
el hambre les va azotando
sin saber si existe renta.
El Hospital se lamenta
de su penoso destino,
y algún enfermo se ausenta
al ver el penoso signo.
Las señales quedan viejas
entre jóvenes enfermos,
sufriendo cosas complejas
con los vientos que tenemos.
Sin leyes ni burladeros
entre sombras penitentes,
estos hombres forasteros
hay que tenerlos presentes.
Voces gritando sus penas
en las mañanas fecundas,
hombres que arrastran cadenas.
pasando cosas absurdas.
Ejercito de sanciones
con sus enormes problemas,
allí no valen razones
solo imperan sus esquemas.
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