jueves, 11 de agosto de 2016
A DONDE SE FUE LA BURRA DE GALUCHO.
“A DONDE SE FUE LA BURRA DE GALUCHO”.
Cuentan las viejas leyendas, que en un lugar de la Profunda Castilla, hace muchos años, existía un señor, que tenía una hermosa burra de raza zamorana, que solo la faltaba el poder ladrar, ya que rebuznaba con una intensidad bastante grande, y alborotaba a todos los animales de su propia raza, haciendo en los corrales, y cuadras de su propio barrio, un concierto asnal, dicho animal se despertó un día muy de madrugada, y por su cuenta y razón, empezó un viaje desde su propia cuadra, hacia lo desconocido, tuvo que para abandonar el patio corral de su casa, usar sus grandes mandíbulas, para romper cuerdas y levantar los trancos de la trasera de aquel corral, y a si empezó a sentirse libre y sin ataduras, ya que su propia cabezada, se la quito antes de empezar dicha correría, por los campos lasecanos. La madrugada era fría, aunque la burra no sintiera esa impresión, ella sin pensarlo dos veces, inicio su camino buscando la LIBERTAD, saliendo de la villa por la Cuesta de Lutero y seguidamente la carretera de Pozaldez. Muy pronto se decidió seguir el camino hacia la Cuesta de Valtarre, y seguidamente por Valdechimoza, y después inicio su recorrido, por las zonas de los rasos del término de su preciada Villa, llegando hasta el Lavajo de La Poza de la Veguilla, donde debió de pensar que su LIBERTAD, era el de buscar un refugio, lejos de su cuadra, para que no tuviera que cargar con el peso de su dueño y de las cargas de manojos de sarmientos de las podas, de viñedos, sobre su esqueleto de asno. Por fin se vino camino de su domicilio, pero pasando Los Picones, decidió marchar hacia el Calvario Viejo, y allí en su vista de burra lista, tuvo el reflejo de ver desde lejos, aquellas Cuevas famosas, donde vivieron mujeres Brujas, en otros tiempos, que la Inquisición, tomo represalias contra ellas. Sin detenerse a pensarlo, ya que la luz del sol se la echaba encima, empezó un trote de burra con prisa, que la condujo por el Camino de Las Brujas, hasta dichas Cuevas, donde sin pensarlo dos veces, se introdujo en ellas con las nuevas claras del día, aunque para ella fuera fatídico, al entrar en tan tremenda oscuridad. Busco donde poder tumbarse para descansar, y aliviar el cansancio de dicha caminata, y atracón de mielgas y grama, pero el sudor de su carrera por tierras de su Villa, para poder comer libremente y hacer su santa voluntad asnal, la habrían hecho sudar demasiado, al tumbarse sobre el suelo de dicha Cueva, quizá bastante mojado, ya que en fechas anteriores habría entrado humedad de las últimas lluvias, en aquel lugar, parece ser que aquellas aguas estancadas, dentro de la Cuevas, la produjeron su fatal fallecimiento. Su dueño al levantarse aquella mañana, y ver cómo su burra se había marchado, sin sentirla, empezó preguntando a todos sus vecinos, de aquella Villa, por si alguien había visto a su burra. Nadie daba señales de su fuga, todo era un verdadero misterio, durante muchos años la gente ha comentado, cuando alguien no aparecía, diciendo en palabras normales, “NO SE HABRA IDO DONDE SE FUE LA BURRA DE GALUCHO”. Han pasado muchos años de aquella fecha, pero en la villa lasecana se sigue comentando, como si fuera un estribillo, que hasta los niños pequeños repiten, con su imaginación, de seres humanos, que nunca llegaron a saber a fondo, donde termino dicha burra. Solo quedo el refrán verdadero. Para que siga viva su historia. G X Cantalapiedra.
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