viernes, 17 de mayo de 2019
CUATRO AMIGOS CAMINANDO A LAS TRES DE LA MADRUGADA.
CUATRO AMIGOS CAMINANDO A LAS TRES DE LA MADRUGADA, PARA VOLVER A SU CASA
Aquella noche de fiestas en la villa más cercana, caminando entre dormidos no bebidos, con su frente esperando a la mañana, caminaban por una carretera de piedras no asfaltada, sin hablar de momentos de la tarde, sin pensar que era dura la mañana, solitarios como despertadores, que temían las frías alboradas, sin dar tiempo a pensar en sus andadas, entre sueños juveniles esperando, esa edad que no fuera muy temprana, de coger su maleta y su dinero, y buscarse una vida más centrada. Fueron cuatro kilómetros y pico, el camino de la larga caminata, cada cual buscando su destino, que el verano era vida complicada, anduvieron sin pensar en aquel sueño, que la fiesta de aquel sitio les gustaba, el dormirse caminando no era nuevo, ni vivir una angustia muy marcada, Limonada bebieron con su regla, sin sentir una noche despistada, en el baile marcaron la sonrisa, de una vida que no les daba nada, eran días de churros y verbenas, con los toros que en la plaza toreaban, eran pasos que gente que buscaba un camino cubierto de esperanza, caminando sin ver su sueño roto, ni las bicis ni carretas circulaban, solo grillos que en la noche les gritaban. Eran años de lucha y de miseria, de rebusca de cereales y patatas, entre brisas de gente que marchando, nos hablaron de vivir la nueva etapa. La vendimia forjaba nuevos sueldos, y los niños más mayores trabajaban, la rebusca hacia que buscaran uvas blancas, para hacer el arrope que era el postre, con filetes de amarilla calabaza. Los cuatro jóvenes marcharon de La Seca, cada cual buscando su balanza, eran tiempos de duras caminatas. Hoy los años nos dejan conclusiones, de vivir entre brisas de otra danza, y se fueron las negras tentaciones de poder de la vida hacer balanza. Dormidos en la vieja carretera, con la vida apenas complicada, en su rumbo de triste sementera, hubo un sueño de estar iluminada. Por caminos de sueños temerosos, entre luces que fueron apagadas, hoy parece que fuimos muy dichosos, en las tardes de fiestas toreadas. Hoy que quiero recordar algunas fechas, entre sombras que no son marginadas, en la vida se ven penosas brechas, de sus largas y sufridas andanadas. Los Caminos de Castilla están presentes, en las duras y frías madrugadas, inmigrantes que nunca están ausentes, hoy comentan sus pasiones recordadas. Quien pudiera tener solo quince años, y abrazar al tiempo la esperanza, sin tener que subir ciertos peldaños, ni tener que bailar la nueva danza. Hay canciones que se bailan los festivos, y las flores son pasiones entregadas, vives días que tienen sus motivos, y la mente las tiene bien guardadas. Cuatro amigos se marcharon de mi villa, cuatro sueños envueltos en distancia, procedían de ser gente sencilla, que buscaron el borrar cierta ignorancia. En La Seca quedaron más amigos, trabajando con firmeza su labranza, aquellos hombres que allí fueron testigos supieron de la lucha y su templanza. Amigos que se tienen su respeto, sin olvidar para nunca sus andadas, el camino que nunca veras quieto, es un signo de señales que viven encantadas. Habrá días de llantos y clamores, entre brisas que cierran las ventanas, son los tiempos que dejan sus dolores, al sentir de lejos las mañanas. Los caminos que siempre recorrimos, que parecen llenarse de distancia, es posible sentirles tan divinos, que pudieran el darnos la arrogancia.
G X Cantalapiedra.
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