LOS NOVILLOS DE
LA SECA TUVIERON
RISAS Y LLANTOS
En todos los años de la época del cincuenta y
sesenta, La Seca temía siempre en los meses de verano, que la fiesta que se
celebraba el ultimo domingo del mes de agosto, llamada de los Novillos, fuera
una lucha diaria, para poder saber si existirían las fiestas, el alcalde de
entonces puesto a dedo, y sin muchas ganas de meterse en gastos, trataba de no
prometer nada a la juventud de entonces, que en algunas horas nocturnas,
gritaban por la Calle Real, Los novillos como diversión a fondo, Con canciones
como esta que decía. Los Novillos vienen, los Novillos van, Los Novillos vienen
por la Calle Real. Hubo años de no celebrarse nada, los inmigrantes que habían
salido de La Seca, para buscarse la vida en otras regiones de España e incluso
en el extranjero, venían con las ideas de poder pasar en el mes de agosto sus
fiestas de toda la vida, y se marchaban muy desilusionados, al ver como no se
celebraban algunos años, la sensación de ver a su villa hundida, y casi sin
ilusiones, al comprobar el caciquismo que invadía su ayuntamiento, Algunas
personas de aquellas que ya por desgracia no viven, les oí comentar, este lugar
tiende a desaparecer, por culpa de las acciones de siempre, que no se quieren
enterar que la vida va cambiando, y que las personas no tenemos que aguantar
sus alcaldadas. Fueron años terribles, la confusión se escuchaba en las calles,
hasta que en cualquier momento, un cohete salía por el aire explotando, y
trayendo la alegría, a muchísima gente, que les faltaba tiempo para avisar a
sus familiares, que estaban trabajando en diferentes lugares, y que muchos de
ellos volvían para visitarles, y a veces para despedirles para siempre, ya que
existían personas mayores, que tenían a parte de sus hijos y nietos, repartidos
por diferentes regiones. Fueron años difíciles, donde la economía no dejaba
respirar a muchas familias, tratando de poder hacerse con una vivienda digna, a
base de tener que dejarse la salud en el trabajo, pasando muchas horas en sus tajos,
y siempre pensando en la tierra que dejaron atrás, llena de pasos de
sufrimiento, y para algunos trabajadores pasando el paro, alrededor del palo de
telefónica en la esquina de la Plaza, con el Circulo de Labradores. Época donde
el cobrar el paro no existía, y donde los viernes de cada semana, una larga
cola de mendigos, daba la vuelta a La Seca, para poder comer aquel día o los
siguientes, solo visitaban las casas de los patronos con poder económico, donde
recibían trozos de pan y cereales, que echaban sobre sus alforjas, para poder
atender a sus familias que pasaban estrecheces económicas. Así y todo los
inmigrantes y las personas que vivían en La Villa lasecana, trataban de pasar
dichas fiestas de la mejor manera posible, Aquellos años cincuenta, fueron
duros y mal informados, ya que existieron gestos que no fueron nada honrados,
al informar sobre algún inmigrante, cosas fatales que nunca fueron verdad, el
tiempo pone a cada persona en su sitio, y las malas personas terminan en la
indiferencia total de sus vecinos, es lamentable, el escuchar que alguien
recibió malos informes, siendo un humano sin actitudes belicosas, y demostrando
en toda su vida ser un hombre humano y correcto, Pero La Seca como otros
lugares castellanos, se hizo realidad los versos del poeta “León Felipe,
Camino, Galicia”, “Español pudo más tu envidia que tu honor”. A veces quiero
borrar de mi memoria, palabras y hechos que me dieron que pensar, y sentirme
libre de ataduras caciquiles, sabiendo vivir sin trabas ni tapujos, en
cualquier lugar de esta España a la que tanto quiero y estimo. G X Cantalapiedra.
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