domingo, 18 de febrero de 2018

HUBO UN GALLO FANFARRÓN


HUBO  UN  GALLO  FANFARRÓN
Hubo un gallo Fanfarrón
en la villa lasecana,
tan fiera cómo un león
y humanidad poco sana.

En las mañanas más frías
sus kikiriki animaron,
a escuchar sus melodías
que algunos las admiraron.

Aquel gallo Fanfarrón
que nunca fue puritano,
despertaba la ilusión
del labrador castellano.

Las gallinas complacidas
por tener un gallo bravo,
se sentían convencidas
de ser esclavas del gallo.

Aquel gallo Fanfarrón
despertador muy temprano,
nos enseño su lección
castigando al niño ufano.

Sus plumas colores bellos
en su corral bien brillaron,
y en la garganta destellos
de trovador abundaron.

El Fanfarrón fue luchando
un gallo con espolones,
que su fama fue ganando
con canticos de emociones.

Distinguiendo la cebada
de aquel trigo sin alistas,
en la noche se quedaba
con canticos optimistas.

El Fanfarrón convencido
de ser un gallo famoso,
todo el día estaba erguido
presumiendo muy gozoso.

Sus garras fueron clavadas
sobre el niño de su dueño,
y sus fuerzas castigadas
por demostrar tanto empeño.
      G X Cantalapiedra.

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