SOLEDADES
Y OTRAS RIMAS
Hay
soledades del alma que caminan en silencio,
a
veces te dan la calma y otras tan solo desprecio.
La
soledad de la noche, es más dura en el invierno,
nos
pone a la vida broche y temes ver el infierno.
Las
soledades se sienten como un penoso lamento,
ellas
ven que se presienten y rompen con el contento.
Soledades
de la vida, soledades de los muertos,
la
soledad no hace herida ni en los momentos inciertos.
Las
soledades se notan sin pregonar su silencio,
entiendo
que a veces flotan y nada tienen de necio.
Viviendo
noches marcadas entre sombras de los muertos,
sientes
las voces grabadas en los momentos despiertos.
Soledades
de caminos entre suspiros eternos,
algunas
tienen sus signos aunque no podamos verlos.
Sentimientos
encontrados en muchos caminos viejos,
donde
serán observados para borrar sus complejos.
Soledades
que se agitan en un mar de sufrimientos,
el
alma siente que gritan y fuerte son sus tormentos.
Buscamos
las soledades, sentimos gritar al viento,
y
buscamos las verdades cuando nos falta el aliento.
Soledades
que a deshoras viven su conocimiento,
pienso
que jamás imploran la soledad del convento.
Soledades
de la vida que arrastran comedimiento,
no
llevan su frente erguida, más te dan razonamiento.
Soledad
de mis pesares, donde se marchó tu viento,
quizá
dejaste cantares que daban entendimiento.
Estas
soledades mías que corren por el desierto,
no
temen las noches frías ni el futuro tan incierto.
G X Cantalapiedra.
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