miércoles, 20 de julio de 2016

EN LA RIBERA DEL DUERO Los viñedos se amontonan por La Ribera del Duero, sus verdores emocionan haciendo alegre el sendero. El Duero marcha sin prisa con brillos de romancero, en su entorno existe brisa de algún cariño sincero. Viñedos que son reflejos de un presente bien venido, que anulan ciertos complejos y vuelven su campo erguido. Álamos de la Ribera como fervientes testigos, que anhelan la primavera sin temer a sus castigos. Campos llenos de esperanza entre sus bonitos signos, con labores de labranza que hacen alegres destinos. En La Ribera del Duero hoy quisieran hilar fino, en su afán tan verdadero buscan ser el mejor vino. Hay momentos tormentosos que dejan el campo herido, y otros días vanidosos el Duero marcha crecido. Memoria que guarda el Duero de ver viñedos altivos, presiento verle altanero entre bellos adjetivos. G X Cantalapiedra.

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