ROMPIENDO LA ESCLAVITUD
Desde los tiempos de Roma,
y hoy lo tenemos presente,
en cualquier parte se asoma
y lo percibe la mente.
La esclavitud fue testigo
de los distintos imperios,
sufriendo como castigo
daños que fueron muy serios.
Mercaderes de las razas
que siempre pusieron precio,
a veces en grandes plazas
tratando al hombre de necio.
Esclavistas sin reparos
sin conciencia ni remedios,
soltando siempre descaros
en multitudes de medios.
La esclavitud de bandera
en muchos de los imperios,
no hubo paso de frontera
que no contenga misterios.
Dinero por sus derechos
para morir trabajando,
fueron tan tristes los hechos
que hoy los vamos recordando.
Los esclavistas de siempre
buscaron nuevos mercados,
y hacia América se extiende
con sus hombres condenados.
La esclavitud sin derechos
sin consuelo ni regalos,
solo sufriendo lo hechos
de recibir siempre palos.
Esclavistas sin conciencia
que de nuevo van brotando,
no quieren hablar de ciencia
pero siguen traficando.
G X Cantalapiedra.
En las noches tenebrosas
cuando el mar levanta el vuelo,
existen luces hermosas
de esas que te dan consuelo.
El faro de Santa Pola
testigo de luz y viento,
en su soledad implora
que no le falte el aliento.
Mirando al Mediterráneo
quiere mostrarnos su signo,
el faro parece un cráneo
en aquel alto divino.
La luz que desprende el faro
hace seguro el camino,
su paisaje no es tan raro
aunque le adorna algún pino.
De Santa Pola a Alicante
casi en mitad del camino,
el faro vive arrogante,
nadie le ve un desatino.
La marisma le respeta
esa altura de montaña,
cuando la noche es inquieta
su luz no parece extraña.
Le admiran los marineros
cuando navegan de noche,
los barcos aventureros
jamás le hicieron reproche.
Es bonito su paisaje
cuando marchas navegando,
si existe poco oleaje
a el faro vas admirando.
Esta tierra alicantina
de recuerdos y sabores,
se vuelve a veces divina
si vives ciertos amores.
G X Cantalapiedra.
9 – 6 - 2013
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