domingo, 9 de junio de 2013

EL FARO DE SANTA POLA.

EL FARO DE SANTA POLA En las noches tenebrosas cuando el mar levanta el vuelo, existen luces hermosas de esas que te dan consuelo. El faro de Santa Pola testigo de luz y viento, en su soledad implora que no le falte el aliento. Mirando al Mediterráneo quiere mostrarnos su signo, el faro parece un cráneo en aquel alto divino. La luz que desprende el faro hace seguro el camino, su paisaje no es tan raro aunque le adorna algún pino. De Santa Pola a Alicante casi en mitad del camino, el faro vive arrogante, nadie le ve un desatino. La marisma le respeta esa altura de montaña, cuando la noche es inquieta su luz no parece extraña. Le admiran los marineros cuando navegan de noche, los barcos aventureros jamás le hicieron reproche. Es bonito su paisaje cuando marchas navegando, si existe poco oleaje a el faro vas admirando. Esta tierra alicantina de recuerdos y sabores, se vuelve a veces divina si vives ciertos amores. G X Cantalapiedra. 9 – 6 - 2013

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