viernes, 26 de octubre de 2018
EN LA NOCHE DE LA LAGUNA NEGRA
EN LA NOCHE DE LA LAGUNA NEGRA
Aquella tarde del mes de septiembre, los tres amigos salieron desde Madrid, para poder conocer y visitar, la Laguna Negra de Soria, saliendo desde el Barrio de Pinar de Chamartín, con el permiso de sus padres, ya que tenían dos de los jóvenes, dieciocho años, y el otro amigo, diecinueve. El coche que llevaban, era un todoterreno, con muchos caballos de potencia, y sobre las cuatro de la tarde, salieron camino de la provincia de Soria, circularon por la carretera de Burgos, hasta el kilómetro 103, donde empezaron a rodar, por la carretera de Segovia a Soria, hasta llegar al lugar de San Esteban de Gormaz, donde sin dudarlo continuaron camino de El Burgo de Osma, donde allí tuvieron que subir por la Cuesta de la Galiana, y llegaron a San Leonardo, y allí cogieron la carretera de Burgos a Soria, llegando hasta el Abejar, allí se desviaron hasta Molinos de Duero, y una vez cruzado el Puente sobre el río Duero, se dirigieron hasta Vinuesa, bordeando el Pantano de La Cuerda del Pozo. Para después continuar camino de La Laguna, entre fabulosos pinares, que una vez subiendo aquellas rampas, tuvieron que parar en el aparcamiento, que es el lugar donde sale el autobús que inicia su subida, y los coches tienen que dejarse allí, pero pagando el aparcamiento y la subida del autobús. Más al ser una hora por encima de la que tienen establecida, tuvieron que subir a pie, con sus mochilas y demás enseres, aunque los tres jóvenes estaban dispuestos a subir sin problemas, llegaron a la Pradera de La Laguna Negra, y allí plantaron su tienda de campaña, y sin pensarlo demasiado, se dieron una vuelta por las orillas de tan fabulosa Laguna, en ese tiempo se hizo de noche, y los tres amigos, con su luz artificial decidieron cenar. Más aquella noche no les iba a resultar nada agradable, después de cenar, empezaron los tres amigos a relatar las historias de dicho paisaje, saliendo a flote las leyendas de Alvargonzalez, con sus trágicas consecuencias, el ambiente no era demasiado tranquilo, ya que de vez en cuando, algún búho dejaba su sonido por el aire, y sobre las doce de la noche una enorme tormenta, hacia que las piedras temblaran, los relámpagos eran atroces, los reflejos de los rayos, hacían de La Laguna un espectáculo único, de pronto la lluvia apareció, con un granizo bastante gordo, y sonando aquella débil tienda, como si se fuera a romper en cualquier momento, los ecos de la tormenta se hacían cada vez más grandes, y el miedo imperaba sobre los tres amigos, que jamás habían pasado nada igual. Sus teléfonos estaban sin cobertura, y los ecos de los truenos eran de verdadera locura. El miedo flotaba en el ambiente de la tienda, por unos momentos se notaba las ganas de salir de allí corriendo, sobre la noche oscura, de vez en cuando, brillaban los rayos, y todo parecía ser distinto, hasta el miedo les hacía ver los hachas de los antiguos leñadores, y las sombras de misterio de aquella Laguna sin fondo, donde según la historia de Machado, fue arrojado Alvargonzalez, por sus hijos, y a la vez donde terminaron los hijos con las mulas recién compradas, y como dice la leyenda “En estas tierras de Soria, en vez de atajar rodeas”. Aquella noche se hizo demasiado dura, los tres amigos sin poder pegar ojo, antes de amanecer, levantaron su tienda, sin haber terminado la tormenta de pasar, por aquel tan maravilloso paisaje, donde sin pensarlo demasiado, caminaron buscando el lugar donde aparcaron su coche, con una distancia de dos kilómetros y doscientos metros. Al subir en su todoterreno respiraron, y comentaron, lo de esta noche nunca lo debemos de contar lo que aquí pasamos,, ya que hemos visto la muerte muy cercana, y las sombras de los misterios que nos han acompañado, estas tierras de pinares maravillosos, tienen demasiada altura, y sus noches son de pasarlas despiertos. Una vez que salieron del contorno de los pinares, pararon en Vinuesa, para desayunar, y alguien les pregunto, “Vais camino de la Laguna Negra”, y los tres amigos contestaron al tiempo, ya venimos de conocer ese lugar de misterio, y ahora volvemos para Madrid, si no tenemos más problemas, ya que estas tierras como dijo Machado, son misteriosas y a la vez fabulosas, para poder ejercitar el cerebro, con las ideas que te puede dar esta naturaleza tan preciosa… G X Cantalapiedra.
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